Comentario
Debido a los pocos fragmentos que de la estatuaria cassita de bulto redondo han llegado, no podemos hacernos una idea exacta de su calidad. La nómina de ejemplares, parca en número y de calidad más bien media, hace pensar que tales gentes aceptaron la tradición paleobabilónica, plasmando su personalidad artística únicamente en el relieve.
Nada nos dicen, por su escaso interés, los fragmentos de una estatua colosal de diorita, hallada en Aqar-Quf, con el nombre de Kurigalzu (no sabemos si I o II), ni tampoco otro fragmento, también de diorita, encontrado en Ur, aparte de constatar que se continuó tallando esta piedra dura.
Es en las piezas de terracota, en pequeño número, donde puede evaluarse algo la plástica cassita, siempre de mediana calidad. Nos ha llegado de Dur Kurigalzu un hermoso ejemplar de cabeza masculina (4,3 cm; Museo de Iraq), pintada de rojo y negro, con nariz aguileña, ojos ligeramente oblicuos sobre arcos supraciliares bien marcados y barba puntiaguda. Para algunos podría tratarse del tipo racial cassita, para otros, la testa, sin más, de un príncipe o dignatario sirio.
Coetánea a esta pieza es una cabeza femenina de Ur, rota por los hombros, y labrada en caliza (7 cm; Museo de Iraq); el rostro, de rasgos groseros, tiene ojos incrustados y hubo de portar tocado metálico. En cualquier caso, la pieza es de pobre calidad artística, inferior a la antes reseñada.